Vuelta al cole.

¡Se acabó el ruido! Llega el silencio, ese silencio que tanto tiempo llevamos reclamando los padres. Espacio para ducharte sin interrupciones, trabajar sin oír niños por todas partes (en casa, en la urbanización…), hacer la comida, hablar por teléfono sin que alguien te esté tirando de la camiseta o el pantalón, descansar o simplemente no hacer nada.

Todas las vacaciones reclamando e incluso suplicando que los niños vayan al colegio. Porque “así no puedo vivir”, “no puedo con todo”, “están acabando con mi paciencia” o “a ver si empieza el cole”, son frases que decimos y escuchamos constantemente.

También es verdad que no podemos hacer mucho para cambiarlo. Estamos hablando de las circunstancias que no rodean, que son así, como son, sin más. Por mucho que nos empeñemos y queramos que sean de otra manera. Aplicar aceptación (una de las actitudes Mindfulness) es fundamental.

“Yo soy yo y mi circunstancia”

Ortega y Gasset

Entonces, ¿qué podemos hacer? Esperar que el colegio obre un milagro y conseguir así que tú estés en calma.

Aquí van dos reflexiones para que te des cuenta de que estar en calma depende de ti:

1. Por un lado, llegados a este punto me surge una pregunta: ¿LA AUSENCIA DE RUIDO EXTERIOR TRAE CONSIGO EL SILENCIO Y LA CALMA INTERIOR?

Es decir, que estamos esperando a que los más pequeños vayan al colegio para estar bien. Lo que quiere decir que, a partir de ahora, estaremos bien una parte del día, ¿no? Quiero decir, estaremos tranquilos por las mañanas y ya por las tardes no, que ya están en casa.

¿Y si cambias la manera de enfocar la situación? ¿Y si te das cuenta de que como estés tú depende de ti? Depende de como tú gestiones tus emociones y tus pensamientos. De ser consciente de cómo estás en cada momento, para tomar decisiones conscientes y que tú conducta sea la que quieres que sea, no la que tus emociones deciden que sea por ti.

El silencio y la calma interior tienen que ver contigo. Es verdad que con las circunstancias también, aunque en realidad lo que puedes hacer con eso es aceptar las cosas tal y como son para vivirlas como quieres. Estar bien depende de ti.

Aquí van dos reflexiones para que te des cuenta de que estar en calma depende de ti:

2. Por otro lado, el lenguaje no es inocente. Lo que quiero decir con esto es que, si estás todo el día en la queja, vas a llevar a tu mente a fijarse mucho más en las cosas malas que en las buenas.

Un vocabulario más positivo hará que veas más cosas positivas que están sucediendo, pero que no estás viendo. Así que te animo a cambiar de mirada.

En definitiva, no esperes a que las cosas cambien, cámbialas tú. Depende de ti.